A través de la vida, el ser humano se forja en calidad humana por las experiencias y vivencias adquiridas con quienes comparte la suya. Soy tremendamente afortunada porque tú has formado parte de la mía.
Se que en momentos difíciles de mi vida, hubo suspiros tuyos de plegarias rogando al CREADOR para aliviar mi dolor.
Se que en momentos felices de mi vida, esos mismos ruegos emanaban de ti de forma gozosa para darle gracias a DIOS.
¡¡Es tanto lo que te debo y nada lo que me pediste…!!
Ahora soy yo, quien ruega al Cielo, para que Jesucristo acoja por ti las mías.
Que la misericordia del Padre te reciba de brazos abiertos.
Mujer que de fe fuiste.
Que habite en ti el descanso eterno.
Sé que desde allí, me seguirás guiando en esta vida.
TE QUIERO.
Firmado: (Agua bendita que tú me diste). |
