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lunes, 17 de octubre de 2011

CON FUSIONES (LA OPINIÓN)

El Catamarán


COMENTABA esta semana el vicepresidente del Gobierno de Política Territorial, Manuel Chaves, en el Foro Joly celebrado en Cádiz, que habría que tender hacia un modelo de fusiones de municipios para aligerar las cuentas públicas.

No parece que sea el caso de la provincia de Cádiz, que con 44 municipios ofrece pocas posibilidades de uniones entre municipios, aunque lo que está claro es que en la situación actual, que se vayan despidiendo los afanes independentistas de La Barca o las tentaciones autonomistas que pudiese haber en Zahara de los Atunes, Benamahoma, Jédula o San Martín del Tesorillo.
Benalup y San José del Valle fueron los últimos que aprovecharon la tolerancia propia de la época de vacas gordas, en la que crear nuevos entes administrativos era algo corriente.
¿Se imaginan que hoy día tuviesen que ponerse de acuerdo para fusionarse algunos municipios de una provincia tan atomizada como la de Cádiz? Imposible, ¿verdad? Si no han sido capaces de entenderse para ofrecer servicios comunes a un menor coste, mucho menos para ceder cuestiones como el nombre del nuevo municipio resultante. Y de los cargos, mejor no hablar. Una fusión implicaría necesariamente una reducción de cargos, algo por lo que pocos estarían dispuestos a pasar.
Lo curioso es que, cada vez que se han hecho cálculos, las cuentas salen mucho mejor porque las economías de escala ayudan a ahorrar costes. Las ayudas del Estado por habitante, por ejemplo, serían mayores. Lo saben los representantes públicos, que prefieren seguir jugando a los reinos de taifa.
Comentaba también esta semana el presidente de la Diputación y alcalde de San Fernando, José Loaiza, que las mancomunidades han dejado de tener sentido y que sólo cabría salvar de ellas algunos servicios. Esos entes no sólo no han servido para ahorrar costes de muchos servicios y unir a sus habitantes en una conciencia común, sino que se han acabado convirtiendo en 'miniparlamentos', en palabras del propio Loaiza. La duplicación de cargos y funciones en las distintas esferas de la Administración Pública no sólo es más costosa sino más ineficaz. Fusionar municipios ayudaría en muchos casos a mejorar la cuestión, pero queda saber quién será capaz de poner el cascabel al gato porque la cuestión de la identidad y el orgullo territorial es compleja. Fusionar servicios que ahora se realizan en cuatro o cinco instituciones a la vez, cada una con sus cargos y sus asesores, también es necesario. Y en esto último, o le ponemos ya el cascabel, o nos come el gato.

NOTICIA DE DIARIO DE CÁDIZ
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