Esta es otra de tantas de las que ultimamente nos estamos empapando los españoles.
Nada de extrañar tiene esta noticia después de la millonada de euros que nuestro explendoro gobierno premia a los sindicatos.
Cada día siento más verguenza pagar una cuota a un sindicato que, en teoria, debe defender los intereses de los trabajadores.
La noticia está servida.
Martín Blanco
Madrid. Una cosa es predicar y otra dar trigo, dice el refrán. Una cosa es manifestar cercanía con los trabajadores que lo están pasando mal y otra muy distinta sufrir con las penurias que están pasando ellos. Que le pregunten a Patxi San Juan, secretario de Innovación e Industria de la Comisión Ejecutiva Confederal —máximo órgano de dirección— del sindicato Unión General de Trabajadores (UGT).
Una fotografía de San Juan tomada el pasado jueves por este periódico subraya a la perfección el gran desfase que hay entre la realidad del mercado laboral y el mensaje de las centrales sindicales.
El jueves por la noche, San Juan, acompañado por cinco amigos íntimos del sur de Navarra, de donde el alto cargo de UGT es originario, se desplazó hasta el Cabo Montjoi, en Rosas (Gerona), para cenar en el exclusivo restaurante del famoso cocinero Ferran Adrià, El Bulli.
San Juan disfrutó de una cena que podrían pagarse muy pocos trabajadores, con un precio medio por persona de 300 euros. Ni siquiera estar dispuesto a pagarlos garantiza el disfrute del menú degustación, compuesto de 35 platos, porque es necesario esperar varios meses para lograr una silla en su comedor. Pero el sindicalista y sus amigos encontraron un hueco.
San Juan accedió a la Comisión Ejecutiva Confederal de UGT de la mano del máximo dirigente del sindicato, Cándido Méndez, el pasado 4 de abril, en el 40 Congreso Confederal de la central de trabajadores.
Se le considera un hombre próximo a Méndez, de su plena confianza. A él le corresponde, según ha anunciado Méndez, potenciar la acción sindical en el depauperado sector industrial, con el fin de frenar la sangría que está fulminando el tejido fabril nacional a fuerza de deslocalizaciones.
El propio San Juan vivió una con la marcha de Tudela de Sanyo, la firma japonesa en la que el líder de UGT dio sus primeros pasos en el mundo sindical. Tras diversos cargos comarcales y regionales, en 2006, coincidiendo con el cierre de la fábrica de Sanyo y el despido de 142 de sus 177 empleados, se convirtió en Secretario de Organización de la Federación Estatal del Metal. Y de ahí a la dirección de UGT el pasado abril.
El jueves, San Juan demostró que sabe conciliar su labor de megáfonista y reivindicaciones laborales con una vida exclusiva de lujos y buen paladar. Lo dicho, que una cosa es predicar y otra dar trigo.
Lea la información al completo en la edición impresa de LA GACETA.
Nada de extrañar tiene esta noticia después de la millonada de euros que nuestro explendoro gobierno premia a los sindicatos.
Cada día siento más verguenza pagar una cuota a un sindicato que, en teoria, debe defender los intereses de los trabajadores.
La noticia está servida.
Martín Blanco
Madrid. Una cosa es predicar y otra dar trigo, dice el refrán. Una cosa es manifestar cercanía con los trabajadores que lo están pasando mal y otra muy distinta sufrir con las penurias que están pasando ellos. Que le pregunten a Patxi San Juan, secretario de Innovación e Industria de la Comisión Ejecutiva Confederal —máximo órgano de dirección— del sindicato Unión General de Trabajadores (UGT).
Una fotografía de San Juan tomada el pasado jueves por este periódico subraya a la perfección el gran desfase que hay entre la realidad del mercado laboral y el mensaje de las centrales sindicales.
El jueves por la noche, San Juan, acompañado por cinco amigos íntimos del sur de Navarra, de donde el alto cargo de UGT es originario, se desplazó hasta el Cabo Montjoi, en Rosas (Gerona), para cenar en el exclusivo restaurante del famoso cocinero Ferran Adrià, El Bulli.
San Juan disfrutó de una cena que podrían pagarse muy pocos trabajadores, con un precio medio por persona de 300 euros. Ni siquiera estar dispuesto a pagarlos garantiza el disfrute del menú degustación, compuesto de 35 platos, porque es necesario esperar varios meses para lograr una silla en su comedor. Pero el sindicalista y sus amigos encontraron un hueco.
San Juan accedió a la Comisión Ejecutiva Confederal de UGT de la mano del máximo dirigente del sindicato, Cándido Méndez, el pasado 4 de abril, en el 40 Congreso Confederal de la central de trabajadores.
Se le considera un hombre próximo a Méndez, de su plena confianza. A él le corresponde, según ha anunciado Méndez, potenciar la acción sindical en el depauperado sector industrial, con el fin de frenar la sangría que está fulminando el tejido fabril nacional a fuerza de deslocalizaciones.
El propio San Juan vivió una con la marcha de Tudela de Sanyo, la firma japonesa en la que el líder de UGT dio sus primeros pasos en el mundo sindical. Tras diversos cargos comarcales y regionales, en 2006, coincidiendo con el cierre de la fábrica de Sanyo y el despido de 142 de sus 177 empleados, se convirtió en Secretario de Organización de la Federación Estatal del Metal. Y de ahí a la dirección de UGT el pasado abril.
El jueves, San Juan demostró que sabe conciliar su labor de megáfonista y reivindicaciones laborales con una vida exclusiva de lujos y buen paladar. Lo dicho, que una cosa es predicar y otra dar trigo.
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