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lunes, 13 de febrero de 2012

La escasez de lluvias eleva los costes de los cultivos de cítricos

Los productores estiman en 60.000 euros por campaña el gasto en carburante para bombear el agua desde los pozos · Piden las compensaciones por el trasvase.
Un grupo de naranjos en una explotación agrícola de San Martín del Tesorillo (Jimena), ayer por la mañana.

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Los regantes del Valle del Guadiaro tienen que dar de beber al campo para evitar que su más refulgente estrella, la naranja, deje de brillar. Pero todo tiene un coste y el riego no iba a ser menos.

Los agricultores de San Martín del Tesorillo y San Enrique de Guadiaro (dentro de los términos municipales de Jimena y San Roque) afrontan una campaña de invierno poco lluviosa, lo que obligará a regar el campo para mantener la calidad de un producto hortofrutícola que es el mejor embajador de la zona junto con el aguacate. El presidente de la comunidad de regantes de San Martín del Tesorillo, Martín Blanco, colectivo que agrupa a los agricultores de estas dos zonas campogibraltareñas, estima que cada agricultor deberá afrontar unos 60.000 euros de sobrecoste para la adquisición del carburante o la energía eléctrica necesaria para bombear el agua desde los seis pozos de la zona que se nutren de los acuíferos cercanos.

La comunidad de regantes de Tesorillo agrupa a unos 400 propietarios con una explotación media que oscila desde la media hectárea hasta 10, si bien hay una finca de 60 hectáreas. Así mismo, el 60% de las explotaciones agrarias tiene instalado el riego por goteo, mucho más eficiente que la inundación de los bancales (riego a manta).

Blanco detalla que las campañas de 2009 a verano de 2011 no precisaron de bombeos por la elevada pluviosidad. En ese supuesto el riego se efectúa directamente desde el río Guadiaro a través de las presas y conducción por los canales construidos en el siglo XIX por los Marqueses de Larios pese a que tienen un nivel de pérdidas del orden del 20% debido su antigüedad. El proceso está controlado por la propia comunidad de regantes bajo la responsabilidad de la figura del guardacanal.

Pero el año hidrológico emprendido el pasado octubre apunta a todo lo contrario. De no llover en pocos días, marzo comenzará con peticiones para el bombeo de agua para suplir lo que la naturaleza no ha traído este año.

Con independencia del tamaño de la explotación, cada agricultor tiene asignado un cupo de 7.000 metros cúbicos para riego desde acuíferos por parte de la Agencia Andaluza del Agua, dependiente de la Consejería de Medio Ambiente de la Junta de Andalucía. Blanco considera que esta cifra es suficiente para una extensión agrícola de tamaño medio.

Pero la solución no se encuentra en el bombeo, según Blanco, sino en la ejecución de una obra ya considerada histórica por el retraso que, a su juicio, acumula. Se trata del proyecto para la traída de agua para la zona de Tesorillo y San Pablo de Buceite. "Sería una tubería para traer el agua a presión hacia las explotaciones sin necesidad de bombearla y, por tanto, de pagar carburante. Conllevará que todos los regantes que aún no lo hayan hecho tengan que adaptar sus instalaciones al goteo, pero evitará pagar los bombeos y este sobrecoste que nos toca a todos. Está valorada en 32 millones de euros y es una de las medidas compensatorias por el trasvase del Guadiaro-Majaceite, que se ejecutó en 1994", señala Blanco. Permitiría, a su vez, pasar de 700 hectáreas de regadío a 1.100. Son, pues, 18 años esperando a expensas de los ciclos de sequía, por lo que la comunidad reclama este compromiso a la administración.


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