Juan Gómez dice «Hondarribia es el mejor pueblo del mundo para vivir y para disfrutar» aunque se considera de SAN MARTÍN DEL TESORILLO.
Juan Gómez es un profesional que sabe muy bien lo que es vender un producto |
El director general del establecimiento de decoración 'Doble A' es un andaluz ganado para Euskadi en general y para Hondarribia en particular. Lleva entre nosotros desde 1987 y ha ganado muchos amigos.
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Tiene medio
siglo de vida y está en la comarca desde 1987. Juan Gómez Quirós nació en Algeciras
(Cádiz), pero para él su pueblo es San Martín del Tesorillo. Divorciado, está
unido sentimentalmente a Belén. Es el aitatxo de Alaitz y Ane. Las iniciales de
sus nombres los ha trasladado a su establecimiento de decoración ‘Doble A’, en
el barrio hondarribiarra de Amute. Vive en una preciosa casa de Saindua y acaba
de ser aitona, con Tiago, ese niño que han traído a este mundo Alaitz y Felipe.
Estudió hasta bachiller y continuó con su formación en Pamplona, desde donde
dió el salto al Bidasoa. Ha sido jefe de...
ventas en dos multinacionales:Hunter Douglas y Bandalux, siempre viviendo entre cortinas. Le gusta jugar al golf, pasear con su novia y estar con sus hijas y nieto. Tiene unos bonitos ojos verdes que se transforman en azules, según el tiempo. Trabajador nato, tiene una facilidad y una predisposición excelentes para vender. Es un auténtico comercial que trata de maravilla a su clientela. Buen conversador, es muy dicharachero y no pierde su acento andaluz. Lo que más le gusta ser es una buena persona. La entrevista se desarrolla junto a un ‘Möet Chandon’ y a un generoso plato de jamón del bueno. Juan da para un libro.
–Tienes nombre
de jugador de fútbol...
–Sí, Juan Gómez
‘Juanito’. El nombre me lo puso mi madre (Josefa), lo mismo que hizo con mis
hermanos: Fernando, Bartolomé, Dionisio (+), Fidel y Miguel Ángel (+). Todos
chicos.
–¿Jugabas bien
a fútbol?
–Era un
delantero muy artista y metía muchos goles, pero era un poco vago. Vamos, que
no ayudaba a mis compañeros, ni a los centrocampistas ni a los defensas.
–Háblame de tu
infancia.
–Fue muy rica
en todos los sentidos. Hacía de todo, estudiaba, era monaguillo, ayudaba a mi
tío Pepe en el bar, los fines de semana iba como peón de albañil con mi padre
(Fernando), que solía decirme que el dinero no se ganaba doblando la espalda
sino con la cabeza.
–¿Cómo es que
aterrizas por Hondarribia?
–Estaba
estudiando en Pamplona cuando conocí a mi ex-mujer, que era de aquí. Me enamoré
perdidamente de ella y le seguí hasta Hondarribia.
–Da la
impresión de que eres una persona muy sociable. ¿Me equivoco?
–Soy
tremendamente sociable y espléndido de corazón, que es lo que me enseñó mi
madre. Soy muy extrovertido y no porque sea andaluz, porque ya te aseguro que
hay mucho andaluz soso y poco sociable. El humor son los genes y la vida. Allí
lo primero es vivir, aquí lo primero es el trabajo.
–Se me antoja
que eres un ejemplo de integración en nuestro ambiente.
–Yo lo que te
digo es que aquí hay un gran nivel de vida, aunque con muchos días oscuros.
Además...
–¿Sí?
–Pues que
Hondarribia es la mejor ciudad del mundo para vivir y para disfrutar. Tenemos
de todo: aeropuerto, puerto deportivo y pesquero, golf, tranquilidad, mar y
monte. El mar me proporciona alegría y el monte me hace pensar. ¿Se puede pedir
más?
–Cada día que pasa
tienes más acento andaluz ¿Cómo se come eso?
–Sí, porque lo
exagero para no perderlo.
–De euskera,
qué tal andamos.
–Sé lo básico
para ser cortés y educado. Estuve yendo una temporada al euskaltegi de
Hondarribia, pero lo dejé. Además, para integrarse y aprender de la cultura
vasca, es bueno saber euskera, como lo saben mis dos hijas.
–¿Es verdad que
llamas ‘pisha’ hasta al alcalde?
–Yo le llamo
‘pisha’ y ‘mariquita’ a todo el mundo. Tengo un amigo que es un tiarrón de 1,90
que cuando no le llamo así se mosquea.
–¿Qué tal se te
da el golf?
–Soy un tocador
de bolas de golf, pero no soy bueno. Un día te mando un ‘drive’ a 250 metros; y
al día siguiente fallo un ‘putt’ a diez centímetros. Comparto esta pasión con
Norberto y Ramón Emazabel. Ramón tiene un hijo (Mikel) que va para figura. Ya
lo verás.
–Bueno, ¿qué
tal marcha ‘Doble A’.
–Va bien por
una razón: porque no he cambiado mi filosofía, esa que apuesta por dar
servicio, calidad y atención propia en post-venta. Bueno, ahora también he
abierto ‘Saly’, que es el nombre del pueblo en el que veraneaba en Senegal.
También se dedica a la limpieza y a las reformas.
–¿Y a qué se
dedica ‘Doble’ A?
–A la
decoración en general y también a obras y mejoras. Abrí el negocio en 1999 y
empecé con dos maletas en un garaje, el 53-A de Urdanibia. Tenía línea
telefónica, fax, ordenador y una secretaria que estaba aprendiendo. Dejé la
multinacional por una apuesta vital.
–¿Cuál?
–Porque cuando
ya cumples los cuarenta y tienes un buen sueldo, te acaban echando y ponen a
cuatro chavales que, entre todos, cobran lo que tú ganas. Me dije ‘ahora o
nunca’ y fue ‘ahora’.
–¿El tema de la
‘burbuja’ (construcción) os ha afectado mucho?
–Sí y no. Sí,
porque trabajaba mucho con los muebles de oficina; y no, porque he seguido
captando clientes a través de los medios de comunicación haciendo publicidad.
Además yo hago mis propios anuncios y no sabes qué bien salen.
–Tienes dotes
de buen vendedor, ¿no?
–Yo soy un buen
pensador en materia de marketing que trabaja para hacer atractivos tu marca y
tu producto.
–Díme algo de
tus cortinas...
–Pues que son
la ‘estrella’ de la casa. No hay cortinas imposibles. Muchas veces las he
inventado. Y me gusta tratar bien al cliente. Vamos, como me gustaría que me
tratasen a mí.
–Hablando de
clientes, los tienes de todos los ‘colores’, ¿no es así?
–Sobre todo,
guipuzcoanos, navarros y de Iparralde. También de Madrid, Barcelona, Sotogrande
o Canarias.
–Me cuentan que
has dejado de fumar.
–Sí, porque ha
nacido mi nieto y porque es el mejor regalo que le puedo hacer a mi novia para
que mi vida se alargue, porque el tabaco mata.
NOTICIA: EL DIARIO VASCO
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