Hoy ha desaparecido esta palmera, el picudo rojo se ha encargado de matarla y el Ayuntamiento ha tenido que tomar medidas drásticas para evitar males mayores.
Un pedazo de historia de Tesorillo, esta es la veleta que presidia la Casita de Campo, hoy por culpa del azar, ha caído en mis manos. La guardaré hasta el día que vuelva al sitio que le corresponde.
Me la entregó un señor que la ha recogido porque temía que se perdiese, he tenido la suerte que me la haya dado en depósito a mí.
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