Quién de nosotros no habrá oído alguna
vez, eso que buenos son los naturales de
países como Finlandia, Noruega, Suecia, Dinamarca y otros del norte y centro de
Europa, que bien se vive en esos lugares.
Allí amarran perros con longanizas, son
cultos, tienen la mejor sanidad, las mejores universidades, cumplen con sus
obligaciones fiscales, cualquiera es bueno para denunciar a otro cualquiera que
no cumpla con el fisco, lazos de sangre aparte.
A diferencias de ellos, nosotros descuidamos
la educación y la cultura, somos
ruidosos, hacemos gala de la picaresca latina, o séase, que si tenemos la
ocasión defraudamos a Hacienda, no cuidamos el medio ambiente, para nada nos
duele lo público, en resumen un
auténtico desastre.
¿Tenemos algo bueno los españoles?
Miren ustedes por dónde. Somos el primer país del mundo en donantes de órganos,
en consecuencia regalamos más vidas que nadie para aquellos que no podrían disfrutarla sin un trasplante. Somos
el segundo país de Europa en reciclar
después de Alemania. El segundo o tercero a lo sumo del mundo en solidarios con
las grandes catástrofes o los grandes males del llamado tercer mundo. Para nada
somos vagos, nadie nos regala nada a la hora de defender un salario muchas
veces injusto.
Por supuesto que me gustaría que
nuestras universidades fuesen mejores, que no hubiese tanto fracaso escolar,
que fuésemos un poquito más cuidadoso con el entorno .Dicho esto pregunto ¿les gustaría que a las cuatro de la
tarde anocheciese, que a las siete se cenase, a las nueve a la cama y a las
cinco en pie para trabajar?, que el disfrute de
todo un año se redujera a quince
días en un hotel de la Costa del Sol o Ibiza.
¿Es esa la filosofía de vida que
queremos? ¿Renunciaríamos, a la cervecita, a la feria, carnavales, reuniones
con amigos, celebraciones familiares?, y para que seguir, si de los 365 días
casi la mitad son de celebraciones.
Dice el proverbio popular que en este
mundo estamos de paso, que la vida se pasa en un sorbo, ¿son los fineses, noruegos,
suecos, daneses, más felices que nosotros?
Contestaré por mí mismo, para ello utilizaré
esa frase popular que viene a decir “Virgencita
déjame como estoy”.
Pacurro.-
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