Artículo VIII de la serie "El Cortijillo" ....
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LAGRIMAS DE COCODRILO
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Hace ya
tiempo que vengo observando una imagen
que se repite bien a finales de cada
temporada o la pretemporada siguiente en los distintos equipos de fútbol. La
imagen no es otra que un futbolista convoca una rueda de prensa para comunicar
su adiós, en ese acto las emociones y
las lágrimas son obligadas.
A mi modesto
modo de entender, hay situaciones que esas emociones con lloriqueo incluido
pueden que estén justificadas, permítanme algunos ejemplos, el jugador que se
ha formado en la cantera que tras 15 o 20 años, bien se retira o ficha por otra
liga menos exigente, o el que muy joven
es fichado por determinado club y cuando adquiere calidad suficiente da un
salto cualitativo y ficha por otro de mayor calado con ficha muy superior y
pingües beneficios para el club de origen, en ambos casos las lágrimas y los
compungidos pueden estar justificados.
Pero no
deja de ser un tanto esperpéntico, aquel que tras dos o tres temporadas ficha
por otro club con más categoría y mayor presupuesto, con el aumento consabido de ficha, a la hora
de marcharse afloran los llantos. Yo entiendo que son profesionales, que la
carrera de un futbolista es corta por tanto las oportunidades hay que
aprovecharlas, pero por favor déjense de lágrimas.
Aún es más
chocante, que esa misma imagen se está
repitiendo en clubes de categorías inferiores, en la fecha en que redacto este
escrito acabo de leer en la prensa, como en un equipo de la comarca se despedía
un jugador, con llantina incluida. Será porqué la condición humana nos hace imitar a los que estén en
niveles superiores en lo profesional o
en lo personal, o simplemente es porque estamos completamente chalados.
A esos millonarios, que lloran el día de su marcha, yo
les diría que como tienen su vida solucionada con el dinero ganado y el que está por ganar, si como dicen quieren
tanto a unos determinados colores, simplemente no fichen por otro equipo seguro
que hará inmensamente feliz a una
afición que los idolatran.
A un servidor de ustedes personalmente no me convencen esos llantos,
son lágrimas de cocodrilo
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