Para la libertad
Debemos sentirnos afortunados pues la libertad individual de la que hoy gozamos nos permite expresarnos como tú lo has hecho ahora Juan González Quesada. Pero los Tesorilleros seremos aún más afortunados cuando nuestro pueblo sea INDEPENDIENTE.
Como dice parte de la primera estrofa del poema de Miguel Hernández:
Para la libertad sangro, lucho pervivo.
Para la libertad, mis ojos y mis manos,
Para la libertad sangro, lucho pervivo.
Para la libertad, mis ojos y mis manos,
………..
Somos muchos los que estamos dispuestos a luchar por nuestra libertad y si algún día, espero no muy lejano, nos llegase, entonces lo único que necesitaremos es alguien que sea capaz de desarrollar y gestionar ese proyecto de libertad, llevándonos a vivir nuestra INDEPENCENCIA EN PAZ.
Hace unas semanas envié a este blog una reflexión y uno de los comentarios que se hicieron hacia ésta decía que entendía que la había hecho desde el corazón. Es probable que así sea. Pero es lo que siento y es lo que me duele; evidentemente, la inteligencia también es necesaria, y todos sabemos qué es lo que está pasando. Lo que sí es incuestionable es que a alguien que no le duela ver cómo su pueblo agoniza, será incapaz de luchar por él.
Los Tesorilleros estamos hartos de que insulten la poca o mucha inteligencia que crean podamos tener, estamos cansados de que nos lancen de un lado para otro en beneficio de unos partidos políticos a quienes lo único que les interesa son las estadísticas en las elecciones, el poder que ello les pueda dar y, mientras a unos no les importa nuestro pueblo en absoluto, otros ni tan siguiera serían capaces de señalar en el mapa dónde se encuentra San Martín del Tesorillo.
Los políticos locales son eso, políticos locales. Desde que la democracia se instauró de nuevo en nuestro país, han sido muchos los Tesorilleros que decidieron afiliarse a los distintos partidos, aunque desconozco cuáles eran sus aspiraciones políticas. ¿Alguien me puede decir si alguno de ellos ha llegado al menos al Parlamento Andaluz? Si su posición o estatus en la política y únicamente su partido es lo que les interesa, me parece muy respetable si han decidido esto como profesión y ruego disculpen mi opinión si ésta les molestase, pero su sitio no está en Tesorillo. Lo que este pueblo necesita es una persona que se preocupe por él, que sea un buen gestor/a y que sea capaz de desarrollar un proyecto coherentemente, aceptando sus errores que no serán pocos, pues es de humanos errar, pero que tenga la gallardía y la honestidad de reconocerlos, intentar rectificar y jamás escudarse en excusas y mentiras.
Claro ejemplo, a la vez que cercano, lo tenemos en Antonia Morera quien, creo que no sólo en mi opinión, sino en la de muchos otros, es una mujer que ha desempeñado una labor inmejorable. Puso en marcha un proyecto, luchó por él y su pueblo hoy está recogiendo los frutos de una ardua y dura siembra. Esta mujer ha dedicado mucho tiempo a su pueblo, seguro que en muchas ocasiones en detrimento de su vida personal; hoy día probablemente puede dedicar más tiempo a lo que realmente le gusta, pero nunca ha dejado de preocuparse ni velar porque ese proyecto siga su desarrollo. Si yo viviese en El Secadero la votaría no una, sino todas la que mi corta o larga vida me permitiese, siempre que fuese ella la que se presentase a las Elecciones, independientemente del partido político al que representase, como si es el “El Partido de la Gallinas Cluecas”.
Cuando llegan la Elecciones Municipales los partidos políticos dominantes en nuestra comunidad, como en el resto de las comunidades de nuestro país, hacen lo imposible por conseguir votos, cuantos más mejor, de ello depende que tengan más o menos poder. Pero en nuestro caso nunca debe tratarse del poder. Los votantes, sino todos, una gran mayoría, confunde el gobierno de una comunidad o un país con el de un pueblo pequeño como pueda ser el nuestro. Señores, seamos capaces de diferenciar y tengamos más en cuenta la labor que el candidato/a sea capaz de desempeñar antes de votar. Obviamente, si es la primera vez que se le vota, entonces lo que depositaremos será nuestro “voto de confianza”, Sin embargo, si no es la primera, será fundamental valorar muchos aspectos, pues tener que vivir en un pueblo, durante un mínimo de cuatro años donde se no aprecie el desarrollo porque sea inexistente, donde las competencias se conviertan en incompetencias y donde reine el caos y la inseguridad en lugar del orden, la coherencia, la organización y, ya no sólo la claridad, sino la transparencia, se nos puede hacer muy tedioso.
Olimpia Ocaña