Familiares, vecinos y colegas farmacéuticos e historiadores arropan al Cronista Oficial de Jimena en su nombramiento.
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Regueira: "Soy licenciado en Farmacia por la Universidad de Santiago y en Humanismo por la Universidad Popular de Jimena de la Frontera"
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José Regueira Ramos ha recibido el título de Hijo Adoptivo de la ciudad de Jimena de la Frontera, en reconocimiento al casi medio siglo dedicado a su labor como farmacéutico de la localidad y, por otra parte, al estudio histórico y la publicación de obras de contenido jimenato y campogibraltareños. El nombramiento se ha producido en el transcurso de un Pleno Institucional y Solemne convocado expresamente para esta finalidad, desarrollado en el salón de actos de la Casa de la Cultura "Leopoldo de Luis", un centro cultural inaugurado hace 20 años con motivo de la publicación del primero de los libros de Regueira.
Al acto asistieron familiares del también Cronista Oficial de Jimena así como representantes políticos, de la Cultura y vecinos de Jimena, entre ellos la Hija Predilecta de la localidad, Ángeles Vázquez.
El Pleno dio comienzo con la lectura de la propuesta de acuerdo de nombramiento de José Regueira como Hijo Adoptivo de Jimena por parte del alcalde de la localidad, Pascual Collado. Collado hizo un repaso cronológico de la llegada de Regueira y la que sería su esposa desde A Coruña en el año 1960 para ejercer como farmacéutico así como la implicación posterior del mismo en la investigación histórica en torno a Jimena y su apoyo a cuantas iniciativas se desarrollaron encaminadas a fomentar la superación de la especialmente negativa situación social, cultural, económica y educativa que encontraron a su llegada.
Collado definió al nuevo Hijo Adoptivo como "humanista y persona" y destacó su implicación y sensibilización hacia los problemas del entorno, desdeñando el apartado material.
Al acto asistieron familiares del también Cronista Oficial de Jimena así como representantes políticos, de la Cultura y vecinos de Jimena, entre ellos la Hija Predilecta de la localidad, Ángeles Vázquez.
El Pleno dio comienzo con la lectura de la propuesta de acuerdo de nombramiento de José Regueira como Hijo Adoptivo de Jimena por parte del alcalde de la localidad, Pascual Collado. Collado hizo un repaso cronológico de la llegada de Regueira y la que sería su esposa desde A Coruña en el año 1960 para ejercer como farmacéutico así como la implicación posterior del mismo en la investigación histórica en torno a Jimena y su apoyo a cuantas iniciativas se desarrollaron encaminadas a fomentar la superación de la especialmente negativa situación social, cultural, económica y educativa que encontraron a su llegada.
Collado definió al nuevo Hijo Adoptivo como "humanista y persona" y destacó su implicación y sensibilización hacia los problemas del entorno, desdeñando el apartado material.
Posteriormente, tocó el turno de intervención para los portavoces de los tres grupos políticos con representación en la Corporación jimenata, Sandra Gallego (PP), José Antonio Castilla (PA) y Andrés Beffa (PSOE), quienes glosaron la figura de José Regueira, destacando su faceta humana así como la ayuda prestada a lo largo de los casi 50 años que lleva residiendo en Jimena.IntervencionesAntes de la entrega de los distintivos al nuevo Hijo Adoptivo de Jimena, subieron al estrado representantes de las diversas facetas que han caraterizado a José Regueira a lo largo de su carrera profesional y su vida personal. El primero en hacerlo fue Juan Gavira García, en nombre del Colegio Oficial de Farmacéuticos de Cádiz, quien destacó en su intervención el importante papel jugado por las farmacias en los ámbitos rurales, "con guardias permanentes para atender a decenas de miles de personas".
Posteriormente, los profesores Josefa Contreras y Ángel Sáez, en representación del Instituto de Estudios Campogibraltareños, se encargaron en ensalzar la figura de Regueira como historiador. A pesar de no contar con formación universitaria específica, José Regueira se ha caracterizado, casi desde su llegada a Jimena, por su interés en la investigación histórica y documental sobre asuntos relacionados tanto con Jimena como con el Campo de Gibraltar y la provincia de Cádiz, un interés que ha tenido su reflejo en las múltiples publicaciones en revistas especializadas, como Almoraima, o en los propios libros publicados bajo el epígrafe de la Editorial Regueira.
El homenajeado fue también uno de los fundadores del Instituto de Estudios Campogibraltareños, hecho que fue destacado por Saez y Contreras. "Que un hombre de ciencias se dedicara a estudiar historia en los años 80 no era más extraño que ser el humanista que es el farmacéutico de Jimena", aseguraron. Los historiadores relacionaron, también, las referencias hercúleas de las dos patrias de Regueira: A Coruña y el estrecho de Gibraltar.
Por último, las intervenciones públicas se completaron con el discurso de Francisco Gutiérrez, el primero de los ayudantes de farmacia que trabajaron con Regueira a su llegada a Jimena en 1960. Gutiérrez habló en nombre de todos los que en algún momento han formado parte de la plantilla de la farmacia de Jimena desde entonces y recordó algunos episodios de un tiempo en que la emigración, la falta de recursos y la ausencia de educación y cultura habían causado mella en la población."Recién llegado, don José se hizo con unas fichas amarillas en la imprenta Alba de Algeciras para apuntar las deudas de los clientes y sus instrucciones fueron claras: que nadie se quede sin medicamentos por falta de dinero. Con el tiempo, en esas fichas amarillas se llegaron a apuntar otras cosas, por ejemplo aquella vez que un vecino llegó para decir que se le había muerto el burro y don José le costeó uno nuevo", recordó.Gutiérrez también recordó los beneficios laborales que Regueira concedía a sus empleados, entre los que se encontraban el alta en la seguridad social, tiempo para asistir a la academia, el pago de los exámenes, una parte de las ventas y una paga extra para la feria de Agosto, cosas impensables en los sesenta en Jimena en cualquier otro empleo.
Agradecimientos
Una vez recibida la placa que le acredita como nuevo Hijo Adopotivo de Jimena, así como un obsequio de la Corporación, el homenajeado subió al estrado para agradecer el galardón y, de camino, "pedir por escrito las intervenciones de todos para poder hacer una publicación con la editorial Regueira".
"Por una extraña conjunción planetaria ocurrida en los sesenta, me vine a un pueblo de cuya existencia yo no tenía ni idea con la intención de estar dos o tres años viviendo una experiencia diferente; de momento, vamos por el medio siglo", comenzó. "Esta larga trayectoria fue posible a mi profesión de farmaceutico y a haberla ejercidoo en un pueblo con la terrible problemática de aquellos años. Yo había estudiado para ofrecer medicamentos con los que curar enfermedades individuales pero no para curar aquella tremenda enfermedad social que había en esa época.
La busqueda de un medicamento eficaz y la explicación del por qué de la emigración masiva que se estaba produciendo aquellos años necesitaba de nuevos estudios y estos me llevaron al terreno de la historia de Andalucía, de Jimena y del Campo de Gibraltar.
Hoy puedo decir con orgullo que soy licenciado en Farmacia por la Universidad de Santiago, en Óptica por la Universidad de Barcelona y en Humanidad por la Universidad Popular de Jimena de la Frontera. Mis profesores fueron el arriero, el carbonero, el corchero, el jornalero y las mujeres de todos ellos que realizaban diariamente el milagro de la subsistencia familiar", manifestó.
El homenajeado también tuvo palabras para "mi familia de historiadores, que me han adoptado como uno más" y bromeó con el hecho de ser Hijo Adoptivo y, al mismo tiempo, abuelo de Jimena, en referencia al nombre de su nieta.
"Aunque este nombramiento se personalice en mí, el mérito es colectivo de cuantos me habéis acompañado, apoyado, colaborado, animado, soportado o asesorado en esta larga andadura de medio siglo", indicó.
También recordó el papel jugado por su familia y, en especial, su esposa, Kety, que le acompañó en su aventura jimenata, dejando aparacada una brillante carrera de Medicina, para casarse con él, "dejando a cualquier familiar a más de mil kilómetros de distancia" y dedicándose aquí a la enseñanza en el nivel de preescolar.
Por último, se refirió a "todos los jimenatos, a los hijos de esta madre de bello nombre que hoy me ofrecéis en adopción, a los que viven en Jimena y a los que viven fuera, a los que todavía son y a los que ya se han ido para no volver pero que dejaron en mi y en mi familia la impronta de una nueva forma de vida y una nueva escala de valores", a los que pidió perdón porque "disto mucho de ser perfecto y sé que he hecho cosas buenas y otras malas, que he tenido fallos por acción y por omisión" y de los que dijo que "sois los que me habéis modelado tal como soy en la actualidad".
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