Ayer hizo seis años que nos dejó Fernando
Ruiz Montero, nos dejó de cuerpo, perdimos la envoltura, aunque el contenido
afortunadamente seguimos contando con él. Una manera de recordarlo es volver a
publicar el escrito de hace seis años.
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Amigo Fernando, donde estés estarás
tranquilo porque puedes comprobar que no te olvidamos.
...Noche Vieja de 1973 .... |
CUANDO UN AMIGO SE VA
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Fernando Ruiz Montero, falleció el pasado 22 de Julio, a la edad de 55 años, muchos de ustedes sabrán que Fernando era el esposo de la administradora del Blog Noticias de San Martín del Tesorillo, Rosi Estorach.
Fernando Ruiz Montero, falleció el pasado 22 de Julio, a la edad de 55 años, muchos de ustedes sabrán que Fernando era el esposo de la administradora del Blog Noticias de San Martín del Tesorillo, Rosi Estorach.
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Rosi de haber sido otro el fallecido me hubiese encargado como
lo hizo en otras ocasiones, que escribiese algo, sirva como ejemplo el
fallecimiento de Diego “El Gori”. Por ello y porqué he sido un gran amigo de
Fernando y sigo siendo un gran amigo de Rosi, quiero rendir este modesto pero
más que merecido recuerdo a Fernando Ruiz Montero.
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Ahora bien cuando uno se dispone a escribir sobre un gran amigo desaparecido, lo fácil o lo más recurrible, sería hacer una retahíla de virtudes y cualidades, no quiero caer en el tópico, pero si quiero resaltar y en ello no hay ningún género de dudas que Fernando ha sido una buena persona, un buen esposo y mejor padre, no se le conocían vicios, quizás su excesiva afición por la cacería, no cabe vicio más sano, pero si se distinguió en algo es porqué fue un luchador. Fernando acabó la escuela a los 14 años, trabajo como aprendiz en un taller de electricidad del automóvil, y muy joven alquiló un local y empezó su propio negocio hasta llegar a ser un empresario junto a su hermano Paco, consiguiendo la representación oficial de una marca conocida de automóviles, para ello tuvo que luchar de lo lindo, muchas horas de trabajo, muchos sinsabores y muchos sacrificios. Ese espíritu de lucha lo llevo hasta sus últimos días, luchó contra la enfermedad, a la cual venció hace 25 años con la que no podido esta vez, pero a la que presentó dura batalla, él no podía ser de otra forma.
Ahora bien cuando uno se dispone a escribir sobre un gran amigo desaparecido, lo fácil o lo más recurrible, sería hacer una retahíla de virtudes y cualidades, no quiero caer en el tópico, pero si quiero resaltar y en ello no hay ningún género de dudas que Fernando ha sido una buena persona, un buen esposo y mejor padre, no se le conocían vicios, quizás su excesiva afición por la cacería, no cabe vicio más sano, pero si se distinguió en algo es porqué fue un luchador. Fernando acabó la escuela a los 14 años, trabajo como aprendiz en un taller de electricidad del automóvil, y muy joven alquiló un local y empezó su propio negocio hasta llegar a ser un empresario junto a su hermano Paco, consiguiendo la representación oficial de una marca conocida de automóviles, para ello tuvo que luchar de lo lindo, muchas horas de trabajo, muchos sinsabores y muchos sacrificios. Ese espíritu de lucha lo llevo hasta sus últimos días, luchó contra la enfermedad, a la cual venció hace 25 años con la que no podido esta vez, pero a la que presentó dura batalla, él no podía ser de otra forma.
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Se hace difícil muy difícil escribir y no emocionarse al
recordar a un ser querido que se ha ido para siempre, hay que hacer un esfuerzo
mental para no renegar del modo como está montado esta vida , maldecir no sé
bien a quién o a qué y preguntarme ¿por qué tienen que suceder estas cosas?, la
vida es como es y no como quisiéramos que fuese. Compartí con Fernando
correrías de jóvenes, bailes y copas, viví en primera persona el comienzo de su
noviazgo con Rosi, puedo dar fe sin temor a equivocarme que se han querido
mucho por eso me hago cargo de lo que estará sufriendo su esposa.
Quiero acabar recordando una canción de Alberto Cortés sin
miedo de caer en la cursilería que dice:
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“Cuando un amigo se va
queda un espacia vacío
que no lo puede llenar
la llegada de otro amigo”
....“Cuando un amigo se va
queda un espacia vacío
que no lo puede llenar
la llegada de otro amigo”
(Francisco Quirós "Pacurro")
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