PEDRO SÁNCHEZ |
Pedro, ¿qué? Sánchez, Pedro Sánchez. ¿Y ése quién es? El diputado madrileño de 42 años, profesor de Estructura Económica en la Universidad Camilo José Cela, y casi un desconocido hace sólo seis meses, ganó ayer las primeras elecciones abiertas a la militancia que el PSOE celebra en sus 135 años de historia para elegir a su secretario general. Y lo hizo con holgura. Con un respaldo del 48,7% de los votos, a 13 puntos de su segundo seguidor.
Casi una mayoría absoluta. Sus números: 62.477 sufragios de los 129.411 emitidos. Eduardo Madina, de 38 años, vasco, víctima de ETA y ampliamente conocido debido a su brillo mediático madrileño, perdió estas primarias a pesar del apoyo que buena parte de Ferraz le había dado. Como ya ocurrió en 1988, cuando el PSOE eligió a José Borrell como su candidato a las elecciones generales frente a Joaquín Almunia, el aspirante considerado oficialista ha perdido. Éste parece ser el sello de la casa, las gotas anarquizantes de una militancia que, en tiempos de derrota electoral, nunca se pone del lado de los que mandan. Los esfuerzos de Madina para colgarle esa estrella a Sánchez no le han servido de nada, se quedó en el 36,10%.
El diputado vasco sólo logró ganar con holgura en Extremadura y en Asturias, y se puso por delante, pero a poca distancia, en Navarra, Ceuta, Castilla y León, Cataluña y Cantabria. Perdió en su propia casa: en el País Vasco, un hecho muy revelador de las simpatías que este diputado despierta entre quienes lo conocen. Por su parte, en la victoria de Sánchez ha tenido mucho que ver su ventaja en cuatro de las tres federaciones más importantes del país: Andalucía, Valencia y Madrid. Le falló Cataluña, pero por una distancia de algo más de 300 votos.
Andalucía ha prestado un importante apoyo a Pedro Sánchez, aunque, incluso, si esa participación fuese neutra, el madrileño habría ganado, lo que borra el intento de deslegitimación con el que Eduardo Madina amagó durante la fase de presentación de los avales. El mapa del socialismo español no es el de unas comunidades enfrentadas; todo lo contrario, Sánchez ha conseguido combustible para iniciar su mandato, con un amplio respaldo de los afiliados, aunque su liderazgo se presenta muy complicado debido a la debilidad electoral de la marca y a sus problemas internos. Casado y con dos hijas, el que será nuevo secretario general ha convencido de que él es el que representa un tiempo nuevo para los socialistas, que, como ya ocurrió con Rodríguez Zapatero, han optado por un bandazo en su liderazgo.
Sánchez obtuvo en Andalucía el 61% de los votos, con lo que metió en su bolsa cerca de 20.000 votos andaluces, un tercio de los totales. Por provincias del sur, ganó en todas por más del 60%, menos en Granada, con un 52%, un dato que se explica por el origen granadino de Pérez Tapias; en Huelva, con un 56%, y Jaén, donde no llegó al 50%, una cifra, que aunque se diferencie en poco de las otras, será leída por la dirección de la comunidad como una pequeña distorsión del control absoluto que Susana Díaz mantiene sobre su formación. De hecho, Sevilla fue la provincia de España que más respaldó al ganador, con un 70%, y algo más de 5.000 votos. Si Andalucía es un feudo de Díaz, Sevilla es su castillo.
El andaluz José Antonio Pérez Tapia, decano de Filosofía de la Universidad de Granada, quedó en tercer lugar, tal como se preveía, pero con un más que digno 15,12% para quien representa a una corriente minoritaria en el PSOE: Izquierda Socialista. Algunos de los colaboradores de Pedro Sánchez contemplan la posibilidad de que Tapias, y con él, Izquierda Socialista vuelva a estar representada en la Ejecutiva federal. Este sevillano, aunque granadino de adopción, consiguió un segundo puesto en Granada, desplazando a Madina al último lugar. Aunque no por números, el dato conseguido por Pérez Tapias puede considerarse una pequeña victoria de quienes defienden un giro más radical en el partido, con una apuesta clara por la instauración de una república como forma de Estado en España.
El que será nuevo secretario general del PSOE a finales de julio (lo debe ratificar el Congreso Extraordinario) ha contado con el apoyo de la única federación con poder institucional en España: la andaluza, que liderada por Díaz, se volcó durante todo el domingo para conseguir una alta participación y un apoyo masivo a Sánchez. Además de Díaz, a Pedro Sánchez también le apoyaba el ex presidente Manuel Chaves y todos los secretarios provinciales. Más que afinidad con el ganador, Andalucía se opuso a Madina porque su negativa a retirarse de esta carrera fue lo que motivó que Susana Díaz no se presentase a estas primarias. Los ex presidentes José Luis Rodríguez Zapatero y Felipe González, así como Manuel Chaves, intentaron que el vasco diese un paso atrás, pero se mantuvo firme: eso fue lo que provocó el malestar de la militancia andaluza, que ayer se volcó con Sánchez. Tan repentino es su éxito que hace sólo dos meses, el ganador sólo contaba en Andalucía con dos partidarios: el ex diputado gaditano Rafael Román y el parlamentario sevillano Alfonso Gómez de Celis. Hoy todo el PSOE andaluz grita "¡Peeeeedro!", otra victoria que suma la presidenta Susana Díaz. Ésta no entrará en la nueva Ejecutiva, aunque la comunidad sí tendrá una importante presencia. A Sánchez también le ha apoyado el que fuera número dos de Zapatero, José Blanco, enfrentado a Elena Valenciano, la segunda de Rubalcaba, que propició la candidatura de Madina.
El índice de participación en todo el país, del 65,7%, demuestra que la militancia socialista tampoco tenía una necesidad imperiosa en la convocatoria de estas primarias. Casi un 35% de los 198.000 afiliados registrados optaron por quedarse en sus casas. La máxima de Madina de un militante, un voto no era, en cualquier caso, una reclamación masiva de este partido, que ha escogido hasta ahora a sus líderes en congresos con delegados que eran escogidos en votaciones directas en cada agrupación.
No obstante, a Pedro Sánchez aún le queda una reválida para convertirse en secretario general y otra más, para ser candidato a las elecciones generales, y es que el PSOE ha trazado un calendario endiablado motivado por la debilidad de su Ejecutiva saliente, la liderada por Alfredo Pérez Rubalcaba. Serán los delegados del congreso del 26 y 27 de julio los que deben refrendar con su voto esta consulta realizada entre los militantes, una elección que no figura en los estatutos de este partido.
La holgada victoria conseguida por Sánchez hace prever que no habrá problemas en el congreso, aunque una vez finalizado éste, su nueva Ejecutiva y el nuevo comité federal deben convocar unas elecciones primarias abiertas a los simpatizantes para elegir al candidato a la carrera a la Moncloa, el que se enfrentará a Mariano Rajoy. Se da por hecho que Madina ya no concurrirá más, aunque Carme Chacón no ha despejado su incógnita. Sus declaraciones de ayer hacen prever que la ex ministra de Defensa aún lo está madurando. Y es que, antes de que se cerrasen los colegios electorales, Chacón dijo que esperaba que la participación superase a esos comicios que enfrentaron a Almunia y Borrell en el año 1988. Fue del 62,4%, y ayer de alrededor del 70%. Si la catalana buscaba algún elemento que esombreciera la elección de Sánchez, parece que no lo ha conseguido.
El elegido no ha desvelado en qué fechas convocará las primarias. Susana Díaz, que es uno de sus grandes avales, prefiere que se atrasen al año próximo y que no se celebren en noviembre de 2014 tal como estaba previsto. Algunos entienden que ello dará tiempo a la presidenta andaluza de calibrar si merece la pena presentarse a estas elecciones para liderar al partido a nivel federal. Algunos de los colaboradores de Sánchez, por el contrario, quieren que las convoque cuanto antes, para despejar el camino y para afianzarse antes de comenzar lo que se espera una dura labor de oposición. Como secretario general, Sánchez tendrá su primera cita electoral en mayo de 2015, cuando se celebran las elecciones municipales en todo el país y autonómicas en la mayor parte.
Casi una mayoría absoluta. Sus números: 62.477 sufragios de los 129.411 emitidos. Eduardo Madina, de 38 años, vasco, víctima de ETA y ampliamente conocido debido a su brillo mediático madrileño, perdió estas primarias a pesar del apoyo que buena parte de Ferraz le había dado. Como ya ocurrió en 1988, cuando el PSOE eligió a José Borrell como su candidato a las elecciones generales frente a Joaquín Almunia, el aspirante considerado oficialista ha perdido. Éste parece ser el sello de la casa, las gotas anarquizantes de una militancia que, en tiempos de derrota electoral, nunca se pone del lado de los que mandan. Los esfuerzos de Madina para colgarle esa estrella a Sánchez no le han servido de nada, se quedó en el 36,10%.
El diputado vasco sólo logró ganar con holgura en Extremadura y en Asturias, y se puso por delante, pero a poca distancia, en Navarra, Ceuta, Castilla y León, Cataluña y Cantabria. Perdió en su propia casa: en el País Vasco, un hecho muy revelador de las simpatías que este diputado despierta entre quienes lo conocen. Por su parte, en la victoria de Sánchez ha tenido mucho que ver su ventaja en cuatro de las tres federaciones más importantes del país: Andalucía, Valencia y Madrid. Le falló Cataluña, pero por una distancia de algo más de 300 votos.
Andalucía ha prestado un importante apoyo a Pedro Sánchez, aunque, incluso, si esa participación fuese neutra, el madrileño habría ganado, lo que borra el intento de deslegitimación con el que Eduardo Madina amagó durante la fase de presentación de los avales. El mapa del socialismo español no es el de unas comunidades enfrentadas; todo lo contrario, Sánchez ha conseguido combustible para iniciar su mandato, con un amplio respaldo de los afiliados, aunque su liderazgo se presenta muy complicado debido a la debilidad electoral de la marca y a sus problemas internos. Casado y con dos hijas, el que será nuevo secretario general ha convencido de que él es el que representa un tiempo nuevo para los socialistas, que, como ya ocurrió con Rodríguez Zapatero, han optado por un bandazo en su liderazgo.
Sánchez obtuvo en Andalucía el 61% de los votos, con lo que metió en su bolsa cerca de 20.000 votos andaluces, un tercio de los totales. Por provincias del sur, ganó en todas por más del 60%, menos en Granada, con un 52%, un dato que se explica por el origen granadino de Pérez Tapias; en Huelva, con un 56%, y Jaén, donde no llegó al 50%, una cifra, que aunque se diferencie en poco de las otras, será leída por la dirección de la comunidad como una pequeña distorsión del control absoluto que Susana Díaz mantiene sobre su formación. De hecho, Sevilla fue la provincia de España que más respaldó al ganador, con un 70%, y algo más de 5.000 votos. Si Andalucía es un feudo de Díaz, Sevilla es su castillo.
El andaluz José Antonio Pérez Tapia, decano de Filosofía de la Universidad de Granada, quedó en tercer lugar, tal como se preveía, pero con un más que digno 15,12% para quien representa a una corriente minoritaria en el PSOE: Izquierda Socialista. Algunos de los colaboradores de Pedro Sánchez contemplan la posibilidad de que Tapias, y con él, Izquierda Socialista vuelva a estar representada en la Ejecutiva federal. Este sevillano, aunque granadino de adopción, consiguió un segundo puesto en Granada, desplazando a Madina al último lugar. Aunque no por números, el dato conseguido por Pérez Tapias puede considerarse una pequeña victoria de quienes defienden un giro más radical en el partido, con una apuesta clara por la instauración de una república como forma de Estado en España.
El que será nuevo secretario general del PSOE a finales de julio (lo debe ratificar el Congreso Extraordinario) ha contado con el apoyo de la única federación con poder institucional en España: la andaluza, que liderada por Díaz, se volcó durante todo el domingo para conseguir una alta participación y un apoyo masivo a Sánchez. Además de Díaz, a Pedro Sánchez también le apoyaba el ex presidente Manuel Chaves y todos los secretarios provinciales. Más que afinidad con el ganador, Andalucía se opuso a Madina porque su negativa a retirarse de esta carrera fue lo que motivó que Susana Díaz no se presentase a estas primarias. Los ex presidentes José Luis Rodríguez Zapatero y Felipe González, así como Manuel Chaves, intentaron que el vasco diese un paso atrás, pero se mantuvo firme: eso fue lo que provocó el malestar de la militancia andaluza, que ayer se volcó con Sánchez. Tan repentino es su éxito que hace sólo dos meses, el ganador sólo contaba en Andalucía con dos partidarios: el ex diputado gaditano Rafael Román y el parlamentario sevillano Alfonso Gómez de Celis. Hoy todo el PSOE andaluz grita "¡Peeeeedro!", otra victoria que suma la presidenta Susana Díaz. Ésta no entrará en la nueva Ejecutiva, aunque la comunidad sí tendrá una importante presencia. A Sánchez también le ha apoyado el que fuera número dos de Zapatero, José Blanco, enfrentado a Elena Valenciano, la segunda de Rubalcaba, que propició la candidatura de Madina.
El índice de participación en todo el país, del 65,7%, demuestra que la militancia socialista tampoco tenía una necesidad imperiosa en la convocatoria de estas primarias. Casi un 35% de los 198.000 afiliados registrados optaron por quedarse en sus casas. La máxima de Madina de un militante, un voto no era, en cualquier caso, una reclamación masiva de este partido, que ha escogido hasta ahora a sus líderes en congresos con delegados que eran escogidos en votaciones directas en cada agrupación.
No obstante, a Pedro Sánchez aún le queda una reválida para convertirse en secretario general y otra más, para ser candidato a las elecciones generales, y es que el PSOE ha trazado un calendario endiablado motivado por la debilidad de su Ejecutiva saliente, la liderada por Alfredo Pérez Rubalcaba. Serán los delegados del congreso del 26 y 27 de julio los que deben refrendar con su voto esta consulta realizada entre los militantes, una elección que no figura en los estatutos de este partido.
La holgada victoria conseguida por Sánchez hace prever que no habrá problemas en el congreso, aunque una vez finalizado éste, su nueva Ejecutiva y el nuevo comité federal deben convocar unas elecciones primarias abiertas a los simpatizantes para elegir al candidato a la carrera a la Moncloa, el que se enfrentará a Mariano Rajoy. Se da por hecho que Madina ya no concurrirá más, aunque Carme Chacón no ha despejado su incógnita. Sus declaraciones de ayer hacen prever que la ex ministra de Defensa aún lo está madurando. Y es que, antes de que se cerrasen los colegios electorales, Chacón dijo que esperaba que la participación superase a esos comicios que enfrentaron a Almunia y Borrell en el año 1988. Fue del 62,4%, y ayer de alrededor del 70%. Si la catalana buscaba algún elemento que esombreciera la elección de Sánchez, parece que no lo ha conseguido.
El elegido no ha desvelado en qué fechas convocará las primarias. Susana Díaz, que es uno de sus grandes avales, prefiere que se atrasen al año próximo y que no se celebren en noviembre de 2014 tal como estaba previsto. Algunos entienden que ello dará tiempo a la presidenta andaluza de calibrar si merece la pena presentarse a estas elecciones para liderar al partido a nivel federal. Algunos de los colaboradores de Sánchez, por el contrario, quieren que las convoque cuanto antes, para despejar el camino y para afianzarse antes de comenzar lo que se espera una dura labor de oposición. Como secretario general, Sánchez tendrá su primera cita electoral en mayo de 2015, cuando se celebran las elecciones municipales en todo el país y autonómicas en la mayor parte.
...
...